Con el reto de crear un festival itinerante por diferentes ciudades de Colombia y países de América latina en Bogotá (año 2001) César, Mónica, Mario, Ricardo y Marcela Monroy fundan el Festival Los Niños de Colombia Bailan en Pareja, en la búsqueda de un lenguaje danzado que caracterizara e identificara a los niños y a las niñas. Para esa época otras expresiones artísticas habían establecido formas de comunicarse con el mundo infantil, el teatro, con los títeres, los cuenteros, o el teatro de sombras; la música con los cantos y arrullos infantiles, las artes plásticas con los objetos de colorear de pintar de moldear, las artes visuales con las películas y los programas de televisión que pegan a los niños a la pantalla, pero la danza folclórica infantil seguia siendo realizada por grupos de niños que repetían de manera fría y esquemática los bailes creados por y para adultos, imponiéndoles a los más pequeños que se debía bailar y cómo hacerlo. El baile infantil tradicionalmente hace parte integral de las fiestas de adultos, en donde los niños y las niñas participan jugando, bailando o corriendo por entre los invitados. La danza escolar ha estado conformada por grupos de estudiantes que repiten de manera esquemática, danzas tambien creadas por sus profesores, con la excusa y el argumento de conservar y cultivar en los infantes las tradiciones folclóricas. Es el adulto quien le dice al niño qué debe bailar, cómo lo debe hacer, imponiendole el uso de músicas y vestuarios, sin permitirle al bailar mostrar su esencia y su alma de niño. La tradición es un legado vivo, entregado a las nuevas generaciones para ser renovado y recreado en su mundo infantil.
Desde los inicios del Festival Los Niños de Colombia Bailan en Pareja fue novedosa la modalidad de ver a dos pequeños bailando como niños y no imitando a los adultos, teniendo el juego, como elemento propio de la infancia, entrando el festival en un proceso inicial al campo de la experimentación escénica, en donde las puestas en escena por momentos se bailaba y en otros juegaba, en donde ni se jugaba ni se bailaba. Otra fase fue con montajes con pelotas, aros, lazos, muñecas, etc. mientras que las músicas seguían siendo las tradicionales (las bailadas por adultos), transitando cerca del umbral de la infantilización de la danza con niños.
Esta constante búsqueda de un lenguaje danzado propio de niños y niñas, con el que ellos se identifiquen, se fue construyendo desde el entorno de la fantasía, que no es privilegio exclusivo de grandes artistas, sino una facultad humana que en la infancia ocupa el primer lugar como artífice de un mundo hecho de magia. Allí tienen acceso quienes estén dispuestos a seguir el juego, punto de partida para establecer una relación que rompa las jerarquías entre adultos y niños, haciendo posible desde su propia identidad la construcción de puestas en escena en una complicidad creadora, esta permitirá apreciar, opinar, explorar y experimentar, con músicas, pasos y movimientos que provienen de la tradición, pero que son recreados y transformados según su esencia de niños.
En la actualidad el evento transita por puestas en escena elaboradas entre adultos y niños en búsqueda de una danza que provoque diversión, desprovista de imposiciones y que dé espacio a los niños para gozar el baile, los introdusca en esos momentos de trance, de disfrute libertario, en donde ellos se abren al descubrimiento, al encuentro y al placer de bailar. Así, se dejará en ellos una huella positiva, una experiencia de vida que aprenderán y tratarán de repetir, contrario a lo que sucede con la práctica de aburridos movimientos mecanizados e impuestos.
CIUDADES Y DELEGADOS
*TOCANCIPA (C) Yully Camelo, “Raices de paz”
*BOGOTÁ. Fernando Urbina, “Ballet Tierra Colombiana”
*BOGOTÁ. Angélica Nieves, “Compañia Danza Kapital”
*NEIVA (H). Alexander Bautista “Los Timbicos”
*IBAGUÉ (T). Dagoberto Diaz “Foro danza”
*CARTAGENA (B). Lisbeth Babilonia
*BARRANQUILLA (A) – XM+onica Lindo, “Danzas Mónica Lindo