Descripción
La danza en el ámbito educativo ha sido una de las áreas más limitadas en interés académico e incluso en apoyo económico en nuestro contexto. Esta realidad ha influenciado en el proceso de enseñanza aprendizaje de las escuelas de educación inicial donde no consideran a la danza como una herramienta importante para alentar la cultura y el desarrollo armónico y motor del niño; sino como una actividad de relleno carente de secuencia de contenidos, objetivos y destrezas. Durante la experiencia de práctica docente en varias instituciones de la ciudad se ha podido evidenciar la falta de interés por parte de los maestros y directivos de las instituciones educativas por aplicar métodos y técnicas activas de aprendizaje con los niños a través de la danza. Un día normal de clases era el permanecer sentados en sus asientos privados de libre movilización alrededor del aula por varias horas seguidas. Los educandos carecen de motivación y de un espacio adecuado para desfogar sus energías. En nuestro país, actualmente, la educación escolarizada responde a esquemas rígidos en los cuales al niño se le limita en el área física, intelectual, y emocional convirtiéndole en un ente pasivo y receptivo. Se le condiciona desde los primeros años a dar siempre un mismo tipo de respuesta. La tendencia general de los maestros es más de un enfoque conductista de “estimulo –respuesta” que de una pedagogía participativa que le permita al niño a través de sus sentidos y vivencias captar el mundo desde su propia experiencia ejerciendo su libertad, espontaneidad y poniendo en juego su imaginación y creatividad.