Descripción
Este artículo se desprende de una investigación que la autora adelanta sobre las relaciones entre el arte (con énfasis particular en la danza) y el duelo emocional en el marco de un proceso social de paz y reconciliación. Damos por entendido que al hablar de danza estamos pensando en el cuerpo como un conjunto de comunicación, pues éste se expresa, como cualquier lenguaje, a través de un habla particular. El cuerpo es una lengua, la danza una de sus hablas. El cuerpo habla a través de la danza. Es, a justo título, un universo enteramente propio, como lo verbal, lo gestual, lo icónico… como cualquier sistema significante. Tiene su identidad, mantiene su autonomía relativa. Se trata entonces, también, de una reflexión que cruza transversalmente el campo comunicacional.