Descripción
La persistencia de Martha Graham en su idea de descubrir un método de enseñanza y un estilo de interpretación nuevos, originales y consistentes constituye uno de los más grandes proyectos y, a la par, de los logros más evidentes en la historia del arte contemporáneo. La detección de un punto interior del cuerpo, del que emana el impulso del movimiento, así como el establecimiento de un sistema o método para la automanipulación de los movimientos para danzar, han colocado a Martha Graham en un lugar preponderante de la danza del mundo. Como creadora, su esfuerzo es sólo comparable (en términos de trabajo artístico individual) a la conformación de la vasta obra creativa, dueña de sucesivas etapas y notables asentamientos,de Pablo Picasso. La lucidez de Martha Graham la apoya en su cometido de sistemizar plenamente los procedimientos de enseñanza y aplicación de la actividad que, junto con el jazz, constituye la única expresión artístíica original y nativa de los Estados Unidos: la danza moderna. En efecto, su enorme percepción cultural, filosófica y literaria la ayudó a entender la necesidad de no apartarse de los elementos más cercanos a la idiosincracia norteamericana y asimismo acercarse a las actitudes y los temas que mayormente enriquecieran al nuevo género; por otra parte, incorporó actitudes, rutinas, procedimientos de otras corrientes y manifestaciones artísticas del mundo. De esta manera “limpió” al arte de la danza de las rutinas, las poses y los procedimientos de aprendizaje y expresión que durante varios siglos habían sido aplicados por el ballet clásico.