Descripción
En la actualidad, las distintas razas y culturas que existen en nuestro mundo están convergiendo hacia un centro común de gravedad del que un nuevo ser humano y una nueva nación humana planetaria irradiarán. Cada cultura contribuye con sus elementos progresivos, dejando atrás lo que ya no es útil en ese mundo del nuevo ser humano. Desde este punto de vista toda experiencia de intercambio cultural debe ser observada con precisión. No sólo lo nuevo que se aprende tiene valor, sino también lo que se revaloriza en sí mismo. Fundamentalmente la cultura occidental se ha basado en la cultura griega antigua. La cultura griega introdujo un nuevo elemento que las más antiguas no tenían: la fijación del concepto (logos). Partiendo del concepto se es capaz de desarrollar la técnica ( ). Pero fijar es inmovilizar en un marco conceptual estático, en un ideal estático. También el ser humano contemporáneo conserva esta base estática y tiene creencias fijas que se modifican sólo periféricamente y sólo a merced de las circunstancias. Históricamente se observa que aumenta la experiencia social, que evoluciona, y que se enfrenta a sí misma con su entorno. Si estamos preocupados por la experiencia social y humana, estamos preocupados por encontrar el camino de la valoración hacia esa experiencia. Esta experiencia se puede transmitir por vía oral o través de objetos. En el primer caso se trata de una transmisión que, además de la distorsión que puede sufrir con el paso del tiempo, puede interrumpirse o extinguirse en sí misma. En el segundo caso, se trata de una información que puede transmitirse a través de objetos. Cada objeto sintetiza en sí mismo toda una experiencia. Estamos interesados en los objetos, para ser capaces de continuar una línea de la historia, la transmisión de la experiencia.