Descripción
Esta investigación versa sobre la teoría y la práctica de la inclusión de personas con diversidad en el ámbito de la creación en danza y el cambio de paradigma estético que ello representa en el arte actual. Desde un análisis crítico, artístico, social y cultural, nuestro propósito es demostrar cómo la entrada de personas con diversidad funcional en el mundo profesional de la escena y la danza, aporta una renovación al arte contemporáneo, tanto por el replanteamiento de la imagen del cuerpo como por la diversidad de las identidades representadas. Así desarrollamos tres objetivos generales: conectar la importancia que nuestra cultura otorga al cuerpo como lugar de control e instrumento legitimador del poder con la ausencia de cuerpos con diversidad funcional en los discursos artísticos; analizar cómo la inclusión en las artes escénicas de cuerpos tradicionalmente nombrados discapaces puede subvertir el carácter normalizador y sublimatorio que éstas han tenido con respecto a los modelos de cuerpo y demostrar cómo la Danza Integrada en la que participan personas con y sin diversidad funcional, desde un paradigma inclusivo, colabora en la deconstrucción del cuerpo homogéneo y en la renovación de la mirada sobre el arte escénico. Para ello seguimos una metodología de carácter interdisciplinar donde los ámbitos de conocimiento utilizados, desde un enfoque crítico, son: Artes Visuales, Danza, Educación, Filosofía y Estética, Sociología y Estudios Culturales. Es una investigación teórico-biográfica de carácter empírico, en la que se emplean herramientas dialécticas, desde una aproximación cualitativa, utilizando el método investigación-acción. Como resultados destacamos la localización de la Danza Integrada dentro de las Artes Inclusivas, demostrando cómo ha sido pionera en las prácticas que activan los modelos de inclusión en el ámbito artístico y educativo. Hemos inscrito la Danza Integrada en el campo expandido del arte a partir del descentramiento de las prácticas artísticas, en la dimensión performativa del arte y en el paradigma de identidades móviles, situándola como una práctica artística que nutre sus producciones desde un acto consciente de construir la realidad a través del ejercicio de la diferencia, alejándola de los ámbitos terapéuticos o exclusivamente sociales. Hemos constatado que los procesos formativos van en directa relación con la obra, presentando la Improvisación, Contact Improvisación, y la Educación Somática como metodologías inclusivas que aplicadas en la Danza Integrada dan cabida en los procesos de aprendizaje a personas muy diferentes, potenciando al máximo las capacidades de cada una y desarrollando otras nuevas que se derivan de la heterogeneidad de los grupos. Se crean así nuevas capacidades interdependientes, ampliando la riqueza del discurso artístico, ofreciendo creaciones escénicas que muestran identidades en flujo y haciendo de la danza un espacio de transformación. Hemos analizado varios artistas y compañías, constatando que no toda la producción realizada en Danza Inclusiva/Integrada ayuda a deconstruir los modelos clásicos y homogéneos del cuerpo. Concluimos que los artistas que desde metodologías inclusivas utilizan los marcadores de la diferencia para crear, transformando su realidad en un gesto performativo, son productores de una danza capaz de desestabilizar las miradas que confinan al cuerpo y a las personas en lugares fijos. Y desde aquí planteamos la necesidad de una educación pública de las artes en sistemas inclusivos que permita a las personas con diversidad optar al estudio de la danza y artes escénicas