Descripción
Mi motivación para estudiar danza fue el placer que comenzó a generar el movimiento en mi cuerpo, y las diversas cualidades que éste podía llegar a tomar representar o evidenciar. Aceptado en la escuela de Danza de la U.A.H.C., comencé mis estudios formales y me di cuenta que existían maneras de clasificar el movimiento, tanto por sí solo como en el cuerpo. Las diferentes disociaciones, asociaciones e ideas que comenzaron a presentarme mis profesores llamó profundamente mi atención, ya que generalmente me costaba, me sentía incómodo o fuera de lugar al tratar de “imitar” y apropiarme de sus propuestas. Sin embargo, en algunas ocasiones la introducción a algunas clases (técnicas moderna y contemporánea) comenzaban con ejercicios de toma de conciencia corporal, los que incluían realizar movimientos pequeños, suaves y con un desgaste energético casi nulo. Esta manera de acercarse al movimiento, partiendo desde lo micro para ir reconociendo la expansión hasta un macro movimiento me pareció tan esclarecedor que logré derrumbar algunos patrones y esquemas que se encontraban ya arraigados en mi manera de ser y moverme.