La formación profesional en el campo de las artes en estudios superiores de carácter técnico o de pregrado, demandan habitualmente el que muchas de las prácticas de formación en danza inicien en edades tempranas, por tanto, los aplicantes a estudios superiores siempre provienen de las escuelas o academias que han incentivado la exploración disciplinar haciendo bases corporales esenciales en cualquiera de estas ofertas.

Es así como un perfil profesional de formación superior establece retos de conocimiento teórico, histórico, práctico-técnico, que genere capacidades en el cuerpo de bailarines de altas virtudes interpretativas, y a su vez logre dimensionar las prácticas de creación, producción artística y/o académica.

Algunas ofertas de formación superior han considerado impostergable el incorporar al bailarín en contextos de creación administrativa y de gestión, para que proyecte espacios de circulación o de configuración de colectivos artísticos, y comprenda los retos de modelar lugares de servicios desde la danza para el entrenamiento corporal, compañías y elencos, academias y/o festivales. Así mismo, se encuentran programas que articulan en sus planes de estudio conocimientos asociados a las prácticas de voz, dramaturgia para la escena, vestuario, sonido, escenografía, que potencien el arte escénico desde la danza como intérprete, creador, o asistente de dirección y por tanto dinamice el mundo del escenario dancístico en el ámbito profesional. Y por último en algunos de los programas existen énfasis de trabajos de grado que desarrollan proyectos de gestión cultural, académicos y de investigación alrededor del arte escénico, que han logrado diversificar el perfil profesional y ocupacional de los hacedores que transforman el gremio de la danza del país.

La formación artística en la educación superior ha tenido diversas fases de implementación, y dada la naturaleza técnica de sus procesos académico-artísticos, adquirir la autonomía y la esencia misional en programas universitarios de formación docente o formación artística, ha demandado muchos años de trámites administrativos, académicos y políticoculturales que defienda las singularidades de sus prácticas y la gestión de conocimiento y producción artística de largo aliento. Sus trámites han llevado a registros calificados, pero en algunas ocasiones la ausencia de estudiantes, o el inicio de la gestión y su posterior condición de demanda hace que se inactive el programa; son múltiples las posibles variables y diversas razones asociadas a las dinámicas de aprobación vía pares académicos y condiciones de calidad en cada ciudad en las que se implementan por extensión o como sede oficial, ante el Ministerio de Educación.

Una forma de aproximarse a las dinámicas de oferta de formación profesional en Colombia es la consulta al <a href=" enlace borrado " target="true">Sistema Nacional de Información de Educación Superior (SNIES). A continuación presento el resultado de dicha consulta realizada en la fecha de esta publicación, en la que se registran los programas académicos de las distintas universidades, y que bien pueden encontrarse activos o inactivos, pero que han marcado una huella importante en la formación de la danza de nuestro país.