Descripción
A lo largo de la obra del coreógrafo Pablo Rotemberg, notamos una extraña y atractiva convivencia de lo denominado en el arte “alto” y “bajo”, particularmente en tres de sus trabajos: El Lobo (2005), La Idea Fija (2010), y La Casa del Diablo (2012). Nos interesa destacar que como una posición diferente sobre la polémica “alta” o “baja” cultura aparece en estas obras lo camp, o por lo menos, ciertas características del mismo, tal como lo define Susan Sontag. El camp o quizás mejor dicho en este caso, lo campy, aparece como un lugar que se posicionaría entre la “alta” y la “baja” cultura, generando un efecto diferente ya que el camp es un modo de apreciar pero no de juzgar. Tendríamos por un lado los preceptos que guían la denominada “alta cultura”: la verdad, la belleza y la seriedad; y por el otro, los que guían lo “camp”: lo lúdico y lo antiserio. En esta oposición, lo campy muestra que la sensibilidad de la “alta cultura” no es la única posibilidad del gusto -léase como “buen gusto”-, sino que puede haber un buen gusto del “mal gusto”. Subvirtiendo de este modo la dicotomía antes esbozada.