Descripción
La actual proliferación de nuevas prácticas corporales refleja un uso inédito del cuerpo que puede ser analizado dentro del imaginario social de la New Age. Con este artículo pretendemos mostrar qué papel juega el cuerpo en la sociedad occidental mediante la experiencia de personas que lo usan como una herramienta de expresión individual en unas sesiones de danza llamadas Ecstatic Dance. En estas sesiones no está permitido hablar y la única forma de comunicación es corporal. Ante la evidencia de los efectos terapéuticos que tiene en sus participantes nos plantearemos cómo se origina la necesidad de buscar en este tipo de prácticas una experiencia sanadora.