Descripción
El trabajo de investigación realizado en aquéllos años por creadores como Trisha Brown, Simone Forti, Merce Cunningham, entre otros, colaboró en esta dirección al reconocer al cuerpo como creador y posible generador de movimiento sin la necesidad de una concepción previa de algo que deba o quiera expresarse, como sucedía tanto en la danza clásica como en la moderna. Se comenzó a pensar –a experimentar- que el cuerpo, por sí mismo y en movimiento, podía generar coreografía y obra pero,
especialmente, sentido.